Cuando hablamos de ciertos personajes hay que tener cuidado para no ser acusado de simpatizar. Nada más lejos de la realidad. Me refiero en esta ocasión al conflicto libio. Se presenta como una guerra contra un tirano y un dictador. Argumento fácil que forma parte de una nueva manipulación masiva de la conciencia y las mentes ciudadanas. Es crear la mentira para justificar la agresión y ocultar sus verdaderos intereses. El contra-argumento fácil es que hace escasos meses el tirano era amigo de casi todos los gobernantes europeos, que se paseaba en sus compañías por Europa y le permitían invertir en cualquiera de sus países. Era un buen cliente de las fábricas armamentistas de casi todos ellos. Y para entenderlo menos, a estos países europeos, este dictador le vende el 95% de su petróleo y su gas.
Declarar una guerra es lo más fácil del mundo. En unos momentos de la historia en que existen los medios de destrucción más mortíferos que nunca han existido. Siempre se dan las mismas premisas: son dictaduras, terroristas, déficit de derechos humanos, corruptos y en algunos casos que disponen de armas de destrucción masiva que ponen en peligro el mundo civilizado. Se arropa con la ONU o con la comunidad internacional y se ataca, se mata y se destruye. De la destrucción y la muerte surgen después gobiernos que supuestamente lo respetan todo: las libertades, la democracia, los derechos humanos y sobre son dóciles a los intereses económicos de sus salvadores.
Libia es el último ejemplo. Si fuera por lo que dicen, proteger a la población del tirano, tenían que haber salvado antes a Yemen, Marruecos, Jordania, Israel, Siria, Barhein y muchos otros, que ya suman cientos de ciudadanos muertos por las policías y los ejércitos de estos países. Pero en estos países sus gobiernos son aliados de Europa o de EEUU.
HAY QUE HABLAR UN POCO DE LIBIA.
En el caso de Libia es muy clarificador conocer algunos datos, que sirven para desmontar la retórica en que se basa esta guerra “humanitaria”.
Libia tiene 1.759.540 km2, es casi tres veces mayor que España. Sin embargo tiene una población de 6.530.000 habitantes. Un país enorme muy despoblado que concentra sus habitantes en 46 municipios, la mayor parte situados a lo largo de sus 1.770 kms de costa. Solo en su capital vive el 35% de los habitantes, algo más de 2 millones.
Los servicios de salud son gratuitos para todos los ciudadanos. Tiene 3,7 camas de hospital por cada 1.000 habitantes. Dispone de 18 médicos por cada 1.000 habitantes. Además hay un creciente sector de salud privado muy apoyado por el gobierno. La esperanza de vida es de 76 años, casi el nivel europeo. La OMS (Organización Mundial de la Salud) muestra que el 71% de la población tiene acceso al agua potable y el 97% acceso a un buen saneamiento. Acepta que no hay desnutrición, aunque la mortalidad infantil sigue siendo alta. Sin embargo las tasas de mortandad son las más bajas del mundo, 3,4%.
La educación primaria es gratuita y obligatoria en Libia, igual a Europa. La Organización de Derechos Humanos de Naciones Unidas para el Desarrollo estima que la alfabetización está en el 81% de la población. En 2004 el gobierno de EEUU admitió que el 82% de los ciudadanos sabe leer y escribir. En los jóvenes, la tasa de escolarización es del 98%. En 2001 el gasto público en educación fue cerca del 2,7% de producto interior bruto (PIB). En el año 2000 había en Libia 717.000 estudiantes de primaria matriculados y 97.334 profesores. Los jóvenes estudian hasta una media de 17 años. Estos datos se han mejorado a fecha inmediatamente anteriores a la guerra.
A pesar de sus extensas costas, no tienen en su interior aguas superficiales. El territorio es totalmente seco y desértico pero en el subsuelo tiene unas enormes reservas de agua dulce en el sur del país. Este acuífero cubre un área equivalente a la superficie total de Alemania.
Sólo el 1,2% del suelo libio es cultivable, teniendo que importar el 75% de los alimentos consumidos en el país. Producen cereales, fruta, hortalizas y oleaginosas. El 17% de la población activa trabaja en la agricultura. Aprovechando el agua subterránea se está construyendo uno de los proyectos de ingeniería más grandes y costosos de la humanidad, es un Gran Rio Artificial para conseguir la suficiencia alimentaria transportando el agua desde el sur al norte, de tierras más fértiles.
Tienen 100.024 kilómetros de carreteras asfaltadas, sobre todo uniendo las ciudades de la costa. Cuenta con 137 aeropuertos de diferente importancia que une los sitios habitados de este inmenso país y es su principal medio de transportes .
Cuenta con minerales de potasio y sal marina y tiene depósito de yesos.
Su principal medio de vida y de entrada de ingresos es el petróleo y esta es la fatalidad de este país. Produce 1.800.000 barriles diarios de petróleo de buena calidad. El trabajo se genera en torno a este recurso y su industria derivada: refino de petróleo, energía y bienes de consumo, cemento y textil.
Es la sexta economía de África, después de Sudáfrica, Nigeria, Egipto, Argelia y Marruecos. Su producto interior bruto (PIB) equivale a 76.557 millones de dólares y sus reservas económicas son 200.000 millones de dólares. Estos datos les has permitido dar un salario diariamente a cada habitante en edad laboral, aun estando en paro. Ahora lo presentan como un reparto de dinero de 400 dólares a cada ciudadano para que no se sume a las revueltas.
LIBIA COMPRA A EUROPA Y LE VENDE SUS RECURSOS INCALCULABLES.
Es el octavo productor del mundo de petróleo y en África es el cuarto, con 1.800.000 barriles diarios y también unas reservas de gas estimadas en 1,540 billones de m3 según la OPEP, actualmente exporta 10.000 millones de m3 anuales. Tiene además unas reservas de petróleo comprobadas de 46.422 millones de barriles, que al ritmo actual de extracción, Libia tiene petróleo para 75 años más.
Libia vende el 95% de su petróleo a Europa y casi todo su gas también. Estas exportaciones le producen unos ingresos anuales por un montante de 31.377 millones de dólares al año. Los principales compradores del petróleo libio son Italia con el 32%, Alemania con el 13% y China con el 10%, precisamente los países que se opusieron a la agresión militar. España le compra en torno al 9%, Francia el 10%, y EEUU apenas nada, solo el 6%. Es probable que este negocio haya tenido que ver mucho con la decisión de esta guerra y quienes estaban a favor y en contra. La verdad es que Gadafi, hoy dictador sangriento para occidente, vende todo su petróleo a quienes ahora les atacan. Sin embargo se ha paseado por Europa años atrás estrechando la mano de presidentes de gobiernos que lo recibían como amigo y estadista.
Por otro lado, las armas que hoy se están utilizando contra los libios por parte de uno y otro bando llevan registros europeos. En contrapartida, Gadafi era un buen cliente de la industria armamentista europea. El Estado europeo que más armas vende a Libia es Italia con 205 millones de euros, sobre todo aviones de combates y helicópteros de guerra, los que ahora están siendo destruidos por la coalición internacional. Francia vende 143 millones de euros, Alemania 57 millones, Reino Unido 53 millones y Portugal 21 millones.
¿Qué ha podido suceder para que esta entrañable amistad entre Europa y Libia y esa intensa actividad comercial haya acabado de forma tan drástica y violenta? ¿Qué otros intereses hay que no se dicen? Si prácticamente todo el petróleo y gas libio se vende en Europa, ¿por qué esta guerra liderada por países europeos?
COMO CASI SIEMPRE LAS GUERRAS SON POR RAZONES ECONOMICAS Y DE RAPIÑA.
Evidentemente los derechos humanos de los libios no tienen una prioridad en estos intereses, porque hoy Libia es también un resultado de lo que Europa y EEUU han querido. De país terrorista con bloqueo económico paso a ser en los años 2000, país amigo y objetivo comercial preferente de estos mismo estados. Y ahora lo atacan para conseguir el final de la era Gadafi . Más parece que tiene que ver con la crisis económica mundial y sus posibles salidas. Para proteger a los ciudadanos libios no hacen una guerra en plena crisis económica, con el coste económico que tiene cualquier guerra, sin hablar del coste humano, social y político. Y más ahora con los recortes sociales que los gobiernos agresores están haciendo en el bienestar de sus propios ciudadanos para salir de la crisis, entiéndase recorte de pensiones, supresión de subsidios, alza continua de precios en productos básicos, aumento del paro etc.
Tres pueden ser las principales razones que hayan empujado a esta guerra:
1ª.- Gobiernos y multinacionales de los países occidentales evalúan las salidas de la crisis y las posiciones en que quedarán cada uno de ellos en el resurgir económico mundial. Todos quieren quedar en posiciones dominantes y para ello tienen que asegurarse las fuentes de energía que serán determinantes para el futuro de la economía mundial. Por ello hay una pugna vital y encarnizada entre ellos. Las últimas guerras de agresión y ocupación contra países petrolíferos obedecen a estos intereses.
2ª.- Pero además hay otra guerra de estos mismos países que hacen causa común para cortar el paso a las economías emergentes que ponen en peligro la tradicional hegemonía económica mundial del G-8. Tienen miedo de los países emergente. China, India, Brasil y Sudáfrica sobre todo están amenazando este dominio que incluso en plena crisis están creciendo muy rápidamente incluso por encima de la economía de EEUU y Europa. El mismo Gadafi ofreció su petróleo a India y China, pidiéndole que invirtieran en Libia, justo en los días que se pactaba la agresión. Europa que consume prácticamente todo el petróleo y gas libio quiere asegurar indefinidamente ese abastecimiento y para ello necesita esta guerra con el fin de instalar un gobierno afín a estas pretensiones.
3ª.- La emigración ilegal desde Libia está tomando unas dimensiones desestabilizadoras en Italia, a pesar de los acuerdos amistosos entre ambos para frenarla. En estos meses estamos recibiendo imágenes y noticias alarmantes de este problema en la isla de Lampedusa, donde por estas islas italianas los inmigrantes se cuelan por miles hacia Europa. ¿Dónde van estas gentes con la economía europea por los suelos? Estos acuerdos y la labor del gobierno libio parecen bastante ineficaces para pararla. Probablemente, aunque Italia se resistió al principio a la guerra pero ahora presta sus bases militares a la OTAN para agredir, se haya decidido buscar gobiernos libios más dóciles a las pretensiones europeas para evitar con más contundencia la entrada masiva de árabes que buscan una vida mejor.
Cuando estos empiezan una guerra la terminan y si no consiguen por la vía política que Gadafi se vaya, buscaran otras resoluciones de la ONU para rematar la faena, digan ahora lo que digan. Quizá ahora estén paralizados porque no saben muy claramente quiénes son estos “revolucionarios” y a quienes obedecen. No se fían de poner en sus manos armas que no están seguros contra quienes las van a emplear. Ya veremos a dónde conduce esto.
El Coronil, julio de 2011